15 días en Amaravati

Este blog cuenta una historia, mi vida en Perú y lo que pasó después, puedes leerla toda desde el INICIO.

...Welcome to AMARAVATI...

He escrito mucho durante mi estancia en el monasterio queriendo poner mi experiencia en palabras.

Pero no he sabido lo que es vivir en un monasterio budista hasta el mismo momento en que he regresado y he abierto mi correo. Y me ha empezado a latir el corazón.

Y he sentido la rápidez con la que funciona el mundo y las circunstancias en las que estoy envuelta.Todo ocurre de una forma tan veloz que me he asustado, porque todas las respuestas tienen que ser ya, ahora mismo. Y si no las das, si no te haces presente, es como si no existieras.

Realmente me he imaginado dando la vuelta y corriendo de nuevo allí. Pero  como no hay en el mundo un lugar donde escapar del mundo, correré más y más hacía adentro para reconcialarme con él cada ve que me enfade.

Y ya sé lo que es vivir en un monasterio budista durante 15 días. Es todo lo contrario a esto que estoy haciendo ahora.

                                                                      Esto es Amaravati

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... Not-self...

Creo que lo más coherente sería empezar deciéndo por qué una decide pasar quince días de su vida en un monasterio budista en Inglaterra.  Si lo supiera supongo que no me importaría compartirlo como el resto de cosas. Pero lo cierto es las causas que me han traido hasta aquí son para mí inciertas. Sí puedo por ejemplo afirmar que hace cinco años empecé a leer libros sobre budismo. Muchos. Me gustó la idea de la compasión entendida por el budismo, y que no haya un Dios al que acudir. Sólo estás tú con todo lo demás. Hace dos años me senté a meditar en Bruselas por primera vez en una sangha dónde se hacía meditación vipassana.

Pero no recuerdo porque empecé a leer libros sobre budismo. Quizás hay cosas que ocurren porque deben ocurrir, quizás no pudiera haber sido de otra manera, ya sabeis.

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...Aware...

Veo como era mi cuarto y mi primera impresión de él. Veo el momento en el que me dí cuenta de que aquel

 lugar era demasiado ruidoso para domir en él. Me veo saliendo de casa para ir al trabajo. Esa sensación de plenitud y el cielo gris de Lima. Veo las caras de las personas que me abren la puerta del Centro Cultural de España. Firmo. Subo la escalera. Parece como si estuviera allí. Y siento  la misma alegría que entonces.

Veo los lugares en los que comíamos juntos, escucho el ruido de las combis, siento de nuevo mi miedo al cruzar las calles. Y en mitad de esos recuerdos, noto las lágrimas cayendo por mis mejillas y la felicidad se convierte en tristeza. En un segundo, aquello que me dió alegría, por ser algo ya acabado y que no volverá, me causa en estos momentos pesadumbre.

Entonces abro los ojos, y en mitad de la emoción veo las vestimentas marronen y blancas de las mojas sentadas delante de mí s, y al resto de la gente, inmóviles, sobre sus cojines. No he perdido la perspectiva de dónde estoy, ni antes ni ahora.  La enorme figura dorada de buda  parece decir con su mudra, "espera".  Con su posición sentada y su espalda erguida y su otra mano reposando sobre el regazo, siempre que abro los ojos y le observo, siento que me está diciéndo: "just wait".  Pero yo me pregunto ¿cuanto más debo esperar?

Me vuelvo a ver en Perú, estando allí nunca imaginé que un día como hoy estaría sentada en un templo budista de Inglaterra con todas esas cabeza rapadas de monjes delante de mí, sintiendo trsiteza por lo que entonces me hacía feliz.

Sin embargo todo esto fue hace una hora. Porque  mientras  escribo estas palabras me vuelvo a sentir muy  bien, estoy excitada de nuevo de estar alli. Porque quería hacerlo y lo hice.  A mi mente ya nada parece importarle  la aflicción dque hace un momento me hacía llorar. Entonces recuerdo las palabras de Ajanh Metta durante el retiro de cuatros días previo a mi estancia aquí: "fellings are like a wind ,en un momento están aquí, en el otr, ya han cambiado de dirección y están allí."

Son las nueve y media de la noche y todas las luces están apagadas. Veremos en que dirección sopla el viento mañana.

                               
"Sea lo que sea lo que te ocurre, acéptalo. Todo cuanto te ocurre es correcto por naturaleza, ya que es impermanente y está cambiando sin cesar" 

 (Ajahn Chah)

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Durante la meditación vienen a mi cabeza toda suerte de personas, de mi niñez, de mi pasado y mi presente y cada una me provoca un sentimiento diferente y una reacción en mi cuerpo. Y cada una me duele en un lugar. Pero yo no me muevo sólo observo a mi cuerpo que quiere cambiar de postura, y le digo "no".

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El tiempo pasa muy despacio cuando piensas y cuando tu mente divaga, y muy rápido cuando tu mente se vacia.

Cuando mi mente inventa historias sobre lo que ocurrirá en el futuro, miro el reloj y digo ¿qué? ¡sólo han pasado 8 minutos! cuando mi mente observa lo que imagina, la alarma del final suena y quiero más de esa paz.

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Es increíble lo que insiste el cerebro en detenerse en determinados pensamientos. En cómo los repite una y otra vez. Sobre todo si en ellos encuentra cierto placer, como el amor o un gran dolor, como el desamor. Como juega haciéndo las mismas hipótesis. ¿Porqué nos repetimos tanto una y otra vez lo mismo? como si en la repetición pudieramos hallar la respuesta. Jajajaja, que gracioso es observarlo, como vienen y se van estos pensamientos una y otra vez.

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Y tú apareces en mi cabeza. Y como apareces, te vas.
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El templo es tan secillo...tan poco místico y misterioso. Tan absolutamente diáfano... me siento como suspendida en este lugar. Unida con todo ¿Qué suerte de energía es esta? que me llena todo el cuerpo y me vacía la mente. Quiero dormir aquí. Esta paz es absoluta, la más grande que he sentido jamás... todo está bien ¿verdad? todo lo malo está en nuestra mente. Fuera todo es perfecto porque de otra forma no puede ser.

... Giving...

Todos los días parecen transcurrir de igual manera, y sin embargo todos son diferentes. Siempre llega gente nueva y todos los días hay gente que se va. Cada día empieza a las cinco de la mañana con la meditación y los cantos. Después ayudas en alguna tarea (a mi me ha tocado limpiar el templo) hasta la siete y cuarto de la mañana, hora de desayunar.Y de de las ocho y cuarto hasta las once y media, trabajas en la tarea que te asignen. A menos que hayas elegido la cocina. Allí me pasé trabajando la mayoría de los días, y es que la comida ocupa un lugar importante en la vida del monasterio.

 Aquí se come dos veces al día y es importante que lo sepas, si alguna vez decides pasar una temporada de tu vida en un monasterio budista o te decides a hacer un retiro de meditación. Sé que a algunas personas les puede parecer un horario duro de cumplir, pero te habitúas inmediatamente. Tal vez desde fuera parezca que te escatiman la comida, o se pueda tomar esto como un símbolo de austeridad. Pero nada más lejos de la realidad. Nunca en mi vida he comido tanto y tan bueno como aquí. He comido hasta la saciedad cosas que antes no había probado, y estoy segura de que si me quedo un mes más, engordo.

Nunca la comida, ni el acto de comer me habían conmovido tanto. Los monjes no pueden tener dinero, ni comprar nada, ni siquiera alimentos, renuncian a ello en sus votos. Todo lo que comen y usan, son donaciones que les trae la gente de fuera.  Y aquí ocurre eso cada día. Siempre viene alguien con comida, a veces preparada de sus casas, otras simplemente dejan lo que han comprado en la cocina para que nosotros lo usemos como queramos. Muchas veces entregan un papel al abad del monasterio, para que lo lea antes de empezar a comer. Esos papeles están llenos de bendiciones y recuerdos para los seres queridos de la gente que hace la donación.
Recuerdo un hombre que llegó a primera hora de la mañana y dejó sobre la mesa grandes cantidades de fruta y un papel que decía algo así como: " esta comida es para honrar y recordar a mi padre fallecido el año pasado". Me dieron ganas de llorar cuando lo leí. Unir muerte y comida, amor y comida me tocó el alma, y lo hizo porque he sido educada en una sociedad que desprecia la comida, que es incapaz de verla como un regalo . Tuve el honor de hacer  una gran ensalada con esa fruta, que luego me comí pensando en este hombre y en su padre.

Hay algo lindo en regalar comida y dedicar ese regalo a la gente que quieres.  ¿Cuántas veces nos invitan a lo largo de nuestra vida a comer? la familia, los amigos, la pareja. Y siempre lo entendemos como un acto social, la excusa para reunirnos. Y está bien, no quiero decir que esto esté mal, pero ahora soy consciente de que  todas las personas que han cocinado alguna vez para mí me estaban haciéndo un regalo.  Quiero dar las gracias a todas las personas que han preparado con todo su amor alguna comida para mí, empezando por mi madre.
No me había dado cuenta de que era un regalo.

                                                         Comer y cocinar en Amaravati

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...Vesac...

Giramos alrededor del claustro. Ya no hay luz en el cielo y sólo nos iluminan las velas que llevamos en la mano. Me gusta más el olor del incienso  que llevo que las flores. Hoy hemos sido muchos, ayer también. Se celebra la fiesta más importante del budismo, el nacimiento, la iluminación y la muerte de Buda. Pensaba que aquí estaría sola. Estos días el templo se ha llenado de bolsas con donaciones y comida y más comida, tanta que no se sí me siento bien mirándola. Me acuerdo que hace siete meses estaba en mitad del desierto de Caral en Perú en una noche lunar como esta viendo un Pago a la tierra. También había velas. Me encanta hacer ese tipo de conexiones. Me preguntón dónde estaré dentro de 5 meses, ¿bailando con los derviches en una jaima? Y sin embargo no me gustan los rituales. Ni me siento identificada con la devoción de toda esta gente que inunda cada día el templo. No soy una persona religiosa así que observo todo desde fuera, como quien ve un documental. Es curioso ver como la misma experiencia (estar en el monasterio) significa cosas tan diferentes para cada uno de nosotros. No me reconozco como una persona budista. El budismo como religión cae en los mismos errores que el resto de religiones (culto alrededor de una figura, rezos y cantos que se repiten).

 Aunque mucho se habla de que en el budismo no hay Dios, en algunas de sus tradiciones, se trata a la figura de buda como una deidad y también se hace con a sus karmapadas y maestros. Existen postraciones: cuando entras en el templo, cuando entras en una sala dónde hay una figura de buda, antes de la comida también después y cuando te vas... delante del abad como símbolo de respeto, ante los sabios y ancianos monjes.

Aunque yo en los monjes yo sólo puedo ver a  hombres. No me importa cuan iluminados estén o cuanto hayan ahondado en la práctica de la meditación. Me inclino ante ellos como lo haría antes el pobre más pobre del último callejón oscuro de Thailandia. Ambos  son los mismo para mí. Seres humanos envueltos en diferentes circunstancias.

Claro que tengo varias figuras de Buda en mi casa. Con esa postura tan tranquila y sonriente ¡como no habría de inspirarme!

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...Sangha...

Hay una cierta alegría aquí en este momento. La siento fuerte durante unos instantes. "Es la vida en comunidad" pienso, el compartir una tarea con ecuanimidad. El hacer algo sencillo como cortar la verdura, ponerla en el cuencol, limpiar lo que he manchado y no sentir ganas de terminar inmediatamente. La inmediatez de nuestra vida, ¡ya, ya, ahora o nunca...! esto nos hace sufrir.

 Y esta esa quietud de cada uno de esos lugares que componen este sitio. No importa en que parte te encuentres, esa calma está siempre presente. Pero en seguida pienso, "no, debe ser otra cosa, vivir en comunidad también conlleva sus problemas"

Ahora que empiezo a amar este lugar me tengo que ir. Como siempre.

No todo me es placentero aquí. Hay veces que me siento muy adentro de esta vivencia y otras que salgo de ella completamente. Me asombra el dolor con el que algunas personas buscan esta experiencia. He conocido a mucha gente que ha venido a curarse de sus sufrimientos. Pero no todos. No yo. No he venido a juzgar a la gente que me voy encontrando pero debo decir que me aturde un poco la densidad de la mayoría de las conversaciones que tengo con las personas que estoy conociendo. Casi todos las conversaciones empiezan con "hola" y acaban con una plática interminable acerca del "not-self", las cuatro nobles verdades, la observación, la impermanencia, el cosmos y no sé que más, todo una retahíla de bla, bla, bla. ¡Entonces es cuando más contenta estoy de no saber hablar bien inglés!
Locurisoso es que los monjes y monjas no son así. De hecho tengo que decir que los monjes y monjas del monasterio son lo más normal y corriente que hay en él. He paseado varias veces con Ajahn Metta, la monja que dirigió el retiro y que me invitó a venir, y siempre hemos hablado de cosas triviales: sobre el tiempo, lo bonito que está el campo con todas esas flores, sobre el sueño que tuve anoche... y en todas esas conversaciones encontré enseñanzas, (porque de hecho ella es una gran maestra) sin necesidad de mencionar a buda ni el dhamma.

Los occidentales definitivamente nos perdemos en los conceptos, pensamos mucho y experimentamos poco y cuando por fin nos sentamos a hacer esto último, en seguida corremos a poner alguna etiqueta, a conceptualizarlo. ¡Si no mírame a mí escribiendo todo esto! ¡ja!
En cualquier caso, siento que la vida es algo más ligera, no veo que ésta sea cosa tan importante como para estar continuamente reflexionando sobre ella, y sobre la mejor manera de vivirla, ni perdernos en enseñanzas y palabras tratando de entender de que va todo esto. ¡Pero si Buda era la persona más práctica del mundo! era un verdadero científico de la mente, se sentaba y veía que pasaba dentro de ella. Y bueno dijo sí, que nos amaramos, que sintiéramos compasión los unos por los otros, que los excesos nos daban dolor de cabeza y debíamos evitarlos y que si teníamos buenos pensamientos hacía la vida y todo lo que hay en ella, nos sentiríamos mucho mejor. También lo dijo Jesús, pero esto es evidente, ¿no? no hace falta que venga cada  siglo un Mesías  a contarnos lo mismo porque ya lo sabemos.

Y todo lo demás  los cantos, las jerarquías, las túnicas de color marrón, naranja y rojo, el pelo rapado, los monasterios, lo inventamos después...

¿Y el Nirvana? ¿qué es el nirvana?  ¡esta misma vida que vivimos es el nirvana.

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...Loving kindness...

Cuando regreso en el autobús hacía el aeropuerto, siento una gran sensación de plenitud en el pecho. No deseo quedarme más. Fue suficiente. Es tiempo de volver para mí. Tengo cosas que hacer en otros lugares. y siento que quiero seguir practicando la meditación el resto de mi vida, porque es un camino que no tiene fin, ni meta alguna, pero en el siempre descubres cosas. Me siento como un neurólogo investigando sus propios procesos mentales. No se trata de religión, ni un acto de fe. Convertir la meditación en una práctica espiritual tampoco es   obligatorio, aunque cuando te empieces a sentar y te sea evidente de que en realidad no eres lo que creías ser probablemente le darás un sentido trascendental a la práctica. Pero no te asustes ,es sólo que no existen palabras para explicarlo. De verdad, no existen.

Blessings and Metta...

No puedo acabar este post sin dedicar unas  palabras de agradecimiento y amor a algunas de las personas que he conocido en el Monasterio y a otras, las cuales son responsable de que ande por este camino.

Siempre recordaré a Ajahn Metta por invitarme en Madrid a su retiro y a pasar una semana en el monasterio. Me siento afortunada de haber recibido sus sutiles enseñanzas y le agradezco su paciencia para entender mi inglés. Gracias por los paseos  y la sesión de meditación en el bosque. Casi no he conocido a nadie que con su sola presencia te llene de tanta alegría. Después de hablar con ella, siempre me iba corriendo a tirarme en el suelo o en la cama con el corazón lleno de felicidad.

Recuerdos especiales para Sister Manita, la única monja española del monasterio que tuvo la amabilidad de responder a todos mis preguntas y de explicar todo aquello de lo que no me enteraba. Cuántas veces me he alegrado de que hubiera una monja que hablara mi lengua, (¡que suerte tenerla a ella allí!) que buena persona y que bonitas conversaciones tuvimos.

Loraya, la chica Sueca de 24 años que se había construido una casa de madera en un pequeño pueblo de su país, que cultivaba lo que comía, que tocaba la guitarra en la calle para ganar el poco dinero que le hacía falta, que estaba pensando en hacerse Monja Anagarika, ¿cómo un alma puede estar tan despierta desde tan joven?

Paul, el inglés que hacía un año se había refugiado en el monasterio de unas cuantos avatares de esos que te vienen todos de golpe en la vida. Gracias por los bombones de chocolate blanco. Nunca se me olvidará su cara de emoción cuando justo antes de irme le di mi dirección de correo y le dije que tenía una nueva amiga en España y una casa en Madrid siempre que quisiera.

Ana, la mujer española con la tuve la suerte de iniciar el viaje desde el aeropuerto y con la que compartí miradas y conversaciones durante mi estancia en Amaravati. ¡Que no Ana! que todo esto no ha sido casualidad, que lo sabemos, ni lo otro tampoco. Big blessings for you darling.

Y en mi cabeza estaréis  Tania, la chica Búlgara de ojos azules y sonrisa serena, Nora la profesora checa y Sister Tisara por sus remedios para mi rebelde alergia.

Y gracias a la vida, al karma o a lo que sea, que ha hecho que haya nacido cerca esta vez, de una bodhisattva como es mi abuela, que me ha iluminado desde pequeña.

En la tradición tibetana dicen que en ciertos renacimientos eliges la familia en la que vas a nacer ,aquella que te hace más fácil alcanzar la sabiduría. Gracias a mis padres por haberme educado en la paz y en la felicidad. Y a mi hermano cuya sabiduría crece y crece sin parar. Si en otra vida sufrí, en esta ya me he curado.

A mi pareja por no interponerse, por estar a mi lado en todo lo que hago.

Gracias a las personas que han estado cerca de mi antes de esta experiencia y que la han compartido conmigo sin hacerse preguntas. Que entienden esta parte de mí  vida y la respetan. Que no se extrañan. A los que os habéis interesado sinceramente. Me hacéis sentir que en verdad ando en la dirección correcta.

Todos habéis estado en mi cabeza durante las sesiones de meditación. Y a todos os he dedicado  lo bueno que he podido obtener con mi práctica.

Otros artículos que he escrito relacionados con la meditación:

Que es meditar y que no
 http://quehagoaquienperu.blogspot.com.es/2012/05/que-es-meditar-y-que-no.html
Algunas palabras sobre la conciencia
http://quehagoaquienperu.blogspot.com.es/2012/09/algunas-palabras-sobre-la-conciencia.html
10 dias meditando en silencio
http://quehagoaquienelmundo.blogspot.com.es/2013/01/10-dias-de-retiro-entre-la-luz-y-las.html

http://www.amaravati.org/

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